Dejar ir, dejar que lo que tiene que morir llegue a su fin…
Hace más de un año, mi cuerpo ya lo sabia, el destete llegaría a su fin. Aquí te cuento parte de como se dio el destete con León.
Con 1 año y casi 3 meses de maternidad y lactancia empecé a sentir el destete, mi cuerpo me avisaba, me empezaba a dar señales y yo atenta lo observaba.
La lactancia es algo tan visceral y el destete no podía ser de otra forma, sin embargo pasaron más de 6 meses para que realmente sucediera.
Estoy segura que tanto bebé como yo podíamos sentir cerca el momento, por lo mismo cada vez que podía se acoplaba a mí, me empezó a demandar más y más, la cuenta regresiva se había activado y ya no había vuelta atrás.
Nos comenzamos a adaptar, tanto el como yo, en principio la lactancia durante el día no me causaba desagrado, de hecho la disfrutaba un montón eran cantidades de oxitocina corriendo directo por mis venas y las de él. Sin embargo, si ya me conoces sabrás que valoro mucho mi descanso y de noche la lactancia siempre fue algo abrumadora para mí, no poder dormir de corrido me estaba pasando la cuenta…
De noche León comenzó a acomodarse de tal forma que yo podía seguir dormida mientras él se acurrucaba a mi pechuga, algunas veces ni siquiera tomaba y solo quería sentir mi piel cerquita de la de él. Durante el día yo me adaptaba a sus nuevas demandas, nuevas necesidades, donde la lactancia cada vez más deja de ser alimento y pasa a ser cobijo, refugio, calma, analgesia y por supuesto APEGO.
Continuará…
Que esta historia continúe 💜
Mi hijo tiene 2 años 3 meses, comienzo a sentir el destete, lo he hablado con él y me dice que está listo. Pero es la única forma de dormir que conocemos y creo que mis pocas ganas de dar pechuga, están haciendo difícil acompañar el sueño, que antes era algo mucho más fluido.
Muchas gracias Daniela por contar tu experiencia, justo estoy redactando una nueva entrada y así dar el impulso necesario al blog para terminar de contar la historia de nuestro destete. Te abrazo querida! Espero vernos pronto (L)